miércoles, 16 de marzo de 2016

CHIRIBITAS

Del corazón saltan infinidad de chiribitas que, saliendo alborotadas y alegres, transforman el entorno haciéndolo más simpático y luminoso.

¡Estoy tan contenta!, que bailaría con ellas flotando en el aire, junto a delfines, pequeñas gotas de colores, libros voladores, hojas de árboles doradas por el sol, millones de florecillas distintas… ¡ah! y ese pajarillo también.

Mientras, en mi parpadeo, busco imágenes con las que quedarme: personas, cosas..., momentos que quizá nunca viví, pero abrigué en lo más hermoso de mis sueños.

Busco... el no perderme y atesorar siempre el compás de lo vivido.

Busco entre el ruido, el silencio de la tormenta, porque su núcleo exhala serenidad.

Busco jardines con miles de flores, que huelan a llovizna de primavera.

Busco risas que nunca se agoten, y alegren aquellos rostros que no puedan verlas.

Busco Tu hombro para contigo descansar, e irisar mis melodías.

Busco granas cerezas, para por pendientes tenerlas.

Busco una estación de tren perdida, para oír el traqueteo de su vida.

Busco mi nube, esa que al pasar, siempre me guiña.

Busco la templanza en acordes, para bailar con ellos en Tus pentagramas nobles.

Busco el sombrero perfecto, para que el Sol me reconozca.

Busco que mi Ángel me relate miles de cuentos.

Busco la partida de ajedrez, que nunca jugué Contigo.

Busco el campanario de aquel pueblo, donde me esperas tranquilo.

Busco el columpio que me impulse, para tocar el Cielo un poquito.

Busco un rincón para cantar, y escuchar Tu sinfonía.

Busco recitarte aquel poema que consiga Tu abrazo.

Busco el atardecer, para con Él tomar un café.

Busco el soplo de la verdad, para llevarla siempre conmigo.

Busco aquel magnolio que me regaló un día una flor.

Busco a alguien que me esté esperando.

Busco agradecerte cada uno de Tus desvelos.


Sigo bailando con esas chiribitas, y mientras, el parpadeo continúa buscando…


jueves, 10 de marzo de 2016

LA CANDELA

Entiendo a los que amando, viven en la riqueza de un resplandor que todo lo anima. Desde ahí, quiero enjoyarme con todas esas vidas que, aún escondidas muy dentro, me llaman para acompañarlas.

Camino hacia donde me lleva Tu voz, y no me pierdo.

Hoy quizás no quiso amanecer el día. Distinguí en un primer momento el alba anaranjada en el lozano horizonte, pero la plomiza y gélida mañana, escondió su belleza con tesón indescriptible. El cielo, armado de grandes celajes, parecía abrigarla de tal manera, que hizo desaparecer cualquier vestigio de claridad.

Entre mis pensamientos y tu armonía, mi corazón descubrió flores silvestres…; grandes y pequeños brotes, que alegraban esa vereda que se abría al caminar.

Acompañaban a la mañana, caprichosos sonidos que atraían mi atención conquistándome. Ni corta ni perezosa, los perseguí durante un rato; más inesperadamente, fui consciente de mi olvido por respirar… El ahogo suspiró, y sentí que el alma inquieta te anhelaba. Sabes que mi mayor felicidad es estar siempre en tu compañía, y arrullar tu Nombre en mis labios.

¡Insólita aurora! ¿Qué clase de amor loco es este, que aún amándote te requiere más y más? No me canso nunca de Ti, y de este ahora, nace el momento perfecto para hacer realidad todos mis sueños.

Esta pizca de luz, es la que necesitaba vislumbrar en el alba de hoy… De ella, asoma la candela que me hace avistar tu infinita ternura, y redescubrir el amor eterno que derrochas. Entonces comprendo…, entiendo bien a todos los amantes, que viven en la fortuna de la luz que todo lo alienta.

¡Tú eres mi heredad!


martes, 1 de marzo de 2016

LUZ EN EL OCÉANO

Desde donde me encuentro, no tengo mirador alguno por donde echar un vistazo al cielo, que seguro sigue siendo de mar, igual que ayer… Pero tengo pececillos en mi pecera.

¿Cómo se hace este problema? La fórmula del es (b.h), pero han dado pocos datos… Entonces, les indico que hay que pensar para aprender, porque ahora se nos da todo hecho, todo cómodo, todo a nuestro gusto; miles de datos e información que no necesitamos...

¿Por qué queremos saber de todo, para todo? Internet nos nutre diariamente, haciendo que nuestra mente se enmarañe con tantísimos documentos, notas, noticias, imágenes, referencias… ¡Con lo importante que es pensar, esforzarse! Necesario es que nuestro cerebro se ejercite, haga gimnasia, y así mantenerlo joven,  atlético, vivo.

¿Qué ha sucedido con la capacidad de admiración, de trascendencia, de sueño e ilusión…? ¿Por qué nos cuesta tanto centrar la atención; leer un buen libro; disfrutar de la música; pararnos y contemplar la naturaleza en silencio; escuchar con gusto, y comprender a las personas que nos hablan…?

Y es que lo que es costoso, no lo hacemos, y punto final. ¿Para qué?, ya existe la Web… Y no caemos en la cuenta, que ésta no tiene corazón, no sabe de ternura, no acurruca, ni escucha cuando nos hace falta cariño o un desaguadero; no abriga, no tiene sentido común, su mirada no es delicada, no vive la comprensión, no se compromete, no valora... Muchos “noes”; quizás demasiados ¿no te parece?

Por momentos no se distingue claridad en las vidrieras de este lugar, no se advierte el despertar de la mañana por mucha luz que haya… Quizás hemos de ser nosotros quienes limpiemos por dentro, y abramos de par en par esos ventanales. Subiremos la rampa, haremos el esfuerzo de acercarnos, y así descubriremos miles de tonos desde ese mirador. De nuevo, la luz y el aire límpido, será el brillo que hará posible el deleite en nuestro interior.

De vez en cuando considero, que las películas de ciencia ficción se quedan muy, pero que muy cortas, en comparación con la gran riqueza de nuestras vidas… ¡Menos mal! Y entonces me estremezco agradecida, porque lo que realmente importa, es seguir siendo personas.

Mis pececillos aprenden deprisa; experimentan, se esfuerzan por atender…, desde luego no sin voluntad fuerte, porque el ambiente que arrastra, es contrario. Ellos serán los que mañana procuren que otros asimilen, atiendan, se esfuercen… ¿Conseguirán la luminosidad en este océano?

El cielo seguro que seguirá siendo de mar, igual que ayer…; y en mi pecera siempre habrá pececillos.