Colmada
de una inusual inquietud, salen enredadas desde dentro, palabras a borbotones.
Han ido liándose entre flores y mirlos, denotando a su paso pizcas de alegría
juiciosa.
Palabras
pizpiretas, palabras ocres, palabras alegres…, son tempranas.
Palabras
vivarachas, palabras encarnadas, palabras atentas…, acompañan al día.
Palabras
vidriosas, palabras mudas, palabras níveas…, siguen al atardecer.
Palabras
tenues, palabras serenas… Palabras, palabras, y más palabras. Las llevo albergadas
siempre conmigo. No se marchan una vez pronunciadas, y así, circundándome con
pergaminos invisibles, envuelven el espacio cercando en un límite el aliento
que han dejado al salir del interior.
Estoy
perpleja, pues rondan la apreciada armonía, que se aventuró hace ya algún tiempo a estar al cuidado de otros entornos. Al parecer no quiere regresar. ¡A lo peor
se le olvido el camino de vuelta!...
Siento alegría sin embargo, porque todo lo que acontece es un nuevo acicate
para superarse, y sobre todo, porque es oportunidad única de conseguir enriquecimiento de cota. Eso es, volar más alto para aventurarse de lleno caminando hacia la
meta, aunque no sé si te pasa igual a ti, pero en ocasiones, al pensar en la altura, el
estómago se encoge por el... ¡Vértigo! Pero eso no me asusta en absoluto.
Me
envuelven mensajes, señales, casualidades… Escucho los momentos, y pienso:¿Acaso
los casos son acasos?..., y ¿sabes?, no comprendo nada.
Se
rasga el original, y el hálito sale a ser. A la sazón, percibo bajo mis pies la
hierba preciosa que espesa, fresca e irisada con matices esmeraldas, me
acompañan de ronda dando confort a mis pisadas, y belleza perfumada a mis
sentidos… Siempre estuvo ahí sí, pero lo viví de otra manera. El júbilo es tal,
que casi me hizo olvidar aquel desgarro que
ocurrió de lado a lado.
Con
ahínco recomienzo. Con ánimo, una y otra vez buceo, vuelo, escalo, navego…, y a
la vez, naufrago, me derrumbo, tropiezo, yerro. No sé qué deparará esta andadura. Un período diferente hace su aparición como una riada colmada de
comprensión, de ternura…, y entiendo que eso es siempre ganancia; una estrella
que te regala su luz para que la aproveches.
La
hermosísima melodía sigue sonando dentro de mí, quizás con más fuerza y más
prendada que nunca. Pienso que a veces no la oigo porque, viviendo feliz, no
pongo la atención suficiente. Sin embargo, aunque no comprendo muchas cosas que
suceden a mi alrededor, he confiado, confío, y siempre confiaré.
Al
final me seduce el azar, pues su mezcla se nutre de alma enamorada, burbujas de palabras,
ternezas regaladas, y razón ordenada… ¡Un buen combinado!
Un combinado perfecto y una miscelánea de sentimientos....eso es Srta. Carmey...
ResponderEliminarQue las palabras sigan brotando de su interior sea cual sea el momento del día en que lo hagan....y los sentimientos que despierten en usted...
Muchas gracias por este nuevo regalo...
A veces querida Anónima, nos pasa en la vida, que nos sentimos como en una "coctelera", y nos cuesta expresarnos por tanto batiburrillo. Aún así, en ocasiones se acierta.
EliminarMil gracias por tu cariñoso comentario.
Me encanta cuanto habla de volar...y ese vertigo!! "no se si a ti te pasa?" claro que si...ese vertigo ante lo nuevo, ante lo grandioso, ante lo que nos supera...ante los nuevos mares sin orillas que se parecen vislumbrar y que aunque se veian muy lejanos, allá en el horizonte, sobre los que extendias la mano pero nunca llegabas a tocar..se van acercando con una velocidad alucinante que te deja sobrecogida!!y ahora, al extender la mano, noto entre mis dedos...esa brisa, esa luz...y quien sabe...quiza pronto el sol!!!
ResponderEliminarGracias por su entrada!! un besote M
¡Eres estupenda M!, y tienes una estrella de poeta en tu interior.
Eliminar"Intentar volar siempre más alto..." Es verdad, aún el vértigo desaparece si no vuelas sola, y nosotras no somos las únicas que volamos.
Muchos besos y mil gracias por tu preciado comentario