Sueña con ellos,
busca el latido,
sueña, resueña…
¡No hay tiempo perdido!
Huele a horno de leña,
y el pensamiento se va al hogar…,
aires calientes de brasas,
alientan a reposar.
No se percibe el sustento,
en esa lumbre al llegar,
abrigada por aquel viento
que vacíos quiere llenar.
De dicha gozará siempre,
quien con ilusión valiente comienza;
ánimo y esperanza al frente,
colmarán su iridiscencia.
Permanece ese olor a familia,
y en el cobijo, vive el cariño…,
el rescoldo queriendo es caricia,
de la paz después del camino.
Sueña con ellos,
busca el latido,
sueña, resueña…
¡No hay tiempo perdido!
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