Una vez vi una película
donde se reflejaba con gran fidelidad la revolución industrial del siglo XIX en
Inglaterra. Me llamó poderosamente la atención, cómo millones de pequeños
fragmentos de algodón, bailaban sin parar en aquel taller inundando el espacio.
Se posaban en cualquier parte y parecían perseguir a los trabajadores posándose
en sus ropajes, cabello, manos… ¡Nevaba algodón por doquier!
A veces muchas cosas nos
rodean, nos envuelven y distraen, incluso nos llenamos de ellas, inhalándolas,
haciéndolas nuestras; igual que esos trabajadores respiraban los pequeños
trozos de algodón.
¿Y si yo fuera ese trocito
de algodón?, ¿Adónde iría?...
¡Aquí estoy!, ojalá pudiera
salir por alguna ventana, no quisiera ser causa de enfermedad para nadie.
- ¡Ah, por ahí me colaré!
–pensé mientras me estiraba y me estiraba, queriendo llegar a una pequeña
abertura cerca del marco del cristal-. Sóplame airecito que he de salir.
¡Allá vooooy!, un poco más…,
tengo que estirarme más, todo lo que pueda, ya casi, casi…, ¡Ya está!
Uhh!! Que vientecillo tan
agradable me acompaña. Ay, ay, ay, me hace cosquillas, y no paro de reír.
Mientras tanto, vuelo, me
pongo boca arriba, y ahora boca abajo, me estiro y me encojo, con un pequeño
impulso doy vueltas y vueltas…. ¡Qué divertido!
Y así estuve un tiempo largo...
Subía hacia el sol unas veces, saludaba a los gorriones, pero salía corriendo,
no fuera yo a gustarles para calentar sus nidos; y otras, bajaba y bajaba tanto,
que temía ser pisadito por los transeúntes. Estaba así jugando cuando:
- “Mira
Gloria, un trocito de algodón” –dijo un pequeño corriendo hacia mí-
Entonces pensé: “Estoy
perdido”. El niño venía corriendo con su mano extendida para atraparme. Yo
soplaba y soplaba todo lo que podía, pero no me moví ni un milímetro. ¡Y claro,
me atrapó!
Después de observarme
durante un buen rato, aquel chico, de ojos vivarachos y sonrisa espléndida, me
apretó con fuerza en su mano, y… ¡visto y no visto!, cuando me soltó, estaba en
algún sitio oscuro.
En aquel bolsillo del
pantalón pasé mucho, mucho tiempo. A mí se me hizo eterno.
Repentinamente mi dueño
empezó a correr, subíamos escaleras de dos en dos a juzgar por cómo rebotaba yo
dentro de aquel bolsillo, y entonces oí:
-
“Mamá, cómo estás. ¿Te sigue doliendo la
cabeza?
Noté un “achuchón” tremendo,
que me mantuvo inmóvil un rato. ¡Ay! ¿Qué será de mi?, pensaba. Quería servir
para algo, y ahora estaba atrapado en un bolsillo de un pequeñajo juguetón.
¿Cómo salir de aquí?...
De repente, pude ver algo de
luz. Sentí como me agarraban y tiraban
de mí. Oí la voz del niño que decía:
- - No te preocupes mamá, te secaré las lágrimas
con una cosa que traigo en mi bolsillo, ya verás. Mira, es un trocito de
algodón que salió de la fábrica. No llores más, por favor.
En ese momento, delicadamente,
cogiéndome con dos deditos, me acercó a unos ojos de mujer, que vi desolados
pero preciosos; y suavemente, me restregó en un líquido perfumado de tristeza,
de ensueño, de desamor, de dulzura… Me di cuenta que así eran las lágrimas de
las personas que aman de verdad, y me alegré de ser útil. Me sentí afortunado de
guardar esos diamantes líquidos en mi acogedor elemento.
Ahora el pequeño, me lleva
despacio a sus labios, y para mi asombro, me besa.
Desde entonces, vivo en una
cajita de cristal acolchada con trocitos de tela, un silbato, una pieza de
ajedrez, dos canicas y varios botones de distintos tamaños.
El precioso líquido se secó,
pero mantengo en mí el perfume del ensueño, la tristeza, del desamor y la dulzura,
que albergué aquel día.
No volví a salir de la
cajita. El peque fue creciendo, y aún ahora, de vez en cuando viene y me besa.
Soy feliz, porque he servido
para algo.
(Para Pilar)
Como en todos tus textos has conseguido embellecer una cosa tan simple como el algodón, como unas lagrimas, haciéndonos soñar con tus historias.
ResponderEliminarQuiero pedirte expresamente que no dejes de escribir cosas tan bellas y exquisitas, porque renuevan nuestro estado de ánimo, remueven nuestro corazón, provocando sonrisas de felicidad, de asombro, de humildad, de valentía, de amor,...
Tus textos me hacen pensar y es por eso por lo que te pido que sigas asombrándonos con ellos, tal y cómo haces, mil gracias.
No se quién o que es lo que la inspira a redactar tales hermosuras, pero espero que jamás la pierda.
No deje de sorprendernos con sus bellas palabras, y por favor siga creando magia, porque gente como yo necesita una dosis de María Carmey cada poco tiempo, ya que anima y enloquece a mi corazón.
Al final redactas para Pilar, a veces cuando leo tus textos me dan ganas de averiguar de donde habrá venido cada idea, leyendo el texto, me entran ganas de conocer a dicha chica/señora, porque parece provocar cariño, deseos de libertad, amor, travesura,...para llegar a saber como se ha de sentir con tantos sentimientos en su interior.
Un cordial saludo de tu fanática lectora. Gracias por animar los días con tus emotivas palabras
Encantada de conocerle, Anónima.
EliminarAgradezco de todo corazón sus hermosas palabras, que leo con asombro, ya que en realidad, llevo la "L" de prácticas. Solo soy principiante, que espera -como el algodoncillo-, que este blog sirva para algo.
De momento, me impresiona mucho, que estas publicaciones tengan tantos lectores, y por ello estoy asombrada y muy contenta.
Me emociona que los textos le hagan pensar, pero sobre todo, que remuevan su corazón. Eso es lo que pongo al principio del blog: ..."me ilusiona regalarte mis palabras, y me gustaría no se quedaran en nada dentro de tí.
Muchísimas gracias también por tus palabras, como le indico al principio. Nunca antes me habían dicho algo así.
Hasta pronto. Seguiré escribiendo, sobre todo por los ánimos que recibo.
Bravo, bravo y bravo!! A lo largo de esta noche me he leído todos y cada uno de tus posts y me han maravillado , realmente Mamen tienes un don, creas maravillas, autenticas maravillas.
ResponderEliminarRealmente el que más me ha gustado es este, porque me he sentido un trozito de algodon en buscar de un momento de libertad, me ha echo razonar y darme cuenta que a veces aspiramos ha cosas demasiado valoradas que realmente no compensan tanto, como un momento magico y sencillo como el de recoger una lagrima o hacer sonreir y hacer sentir especial a alguien.
Gracias de todo corazón por ponernos los pelos de punta cada vez que escribes
Querida Anónima,
EliminarQué alegría que te gusten mis posts, pero no sé si es bueno pasarse la noche leyéndolos. Hay que dormir para descansar y soñar.
¡Tú si que eres una maravilla!
Mil gracias por tu comentario tan animante, que me hace querer hacerlo mejor para todos vosotros.
Ole, ole y ole
ResponderEliminarMamen, hoy me he leído todos y cada uno de tus posts pero he creido que mi comentario debia estar en el post que has tenido la amabilidad de dedicarme, como sobri tuya te diré que me han encantado, pero que en este es en el cual más identificada me siento, gracias por mostrarme tantas lecciones, porque me has enseñado que a veces pensamos que soñamos a lo grande pero nos equivocamos, a veces el día a día con sus pros y sus contras es lo mejor, porque al igual que de una lagrima puedes sacar algo bueno, de una sonrisa o un pique con cariño también se pueden sacar cosas preciosas
Te doy gracias desde el fondo de mi corazón por haberme emocionado con tus palabras, y por pensar en mi, me encanto cuando me dijiste que me lo habías dedicado.
Espero que no dejes esto de escribir, porque haces milagros con cada texto, revolucionas el mundo con tus historias perfectas, unicas que emocionan y animan hasta al más gruñon , jeje.
Mil gracias por todo, estoy orgullosisisima del trabajazo que haces en este blog, que sepas que pienso releermelo siempre que tenga un hueco y seguro que con el exitazo de este blog comienzas a escribir novelas, cuentos y poemas, pero que sepas que tu fan número uno soy YO!!
Un beso enorme y sige creando magia, porque se necesita más gente como tu , que con solo unas palabras puede cambiar la forma de ver el mundo y emocionan hasta al corazón mas duro , jeje
Ay Pilarica!!!
EliminarMuchísimas gracias a ti.
Estos días que llevas con nosotras están siendo deliciosos. Me encanta, cuando nos reímos tanto en la mesa -que en realidad es cuando nos vemos-, y nos metemos una con la otra... ¡Es divertidísimo!
Eres un cielo, y se me ocurrió dedicarte este texto porque te veo así, como el algodoncillo, que parece nada, que pasa inadvertido, pero que limpia heridas, seca lágrimas, e incluso otras veces se utiliza para decoración...
Muchas gracias por tu cariño. Besos gordos.
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ResponderEliminar!Madre mia! Es muy hermoso....que belleza en una cosilla tan pequeña....un algodoncillo deseoso de aventuras.......ágil, ligero,vivaracho, ansioso de aventuras ........y al final tremendamente útil. Así sucede en la vida....cuando uno se da a los demás sin buscar nada a cambio, a pesar de los pesares y poniendo todo el empeño y cariño en esas pequeñas cosas......como haces tù. No me cambies. LIZ.
Querida Liz, me encanta que te guste. Tú sí que te das del todo y pones cariño en tantas pequeñas y grandes cosas.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. Me hace ilu...
Besos gordos
Es precioso, ojalá yo fuera como ese trocito de algodón, ojalá yo sirviera también para aliviar penas y dolor, me encantaría ser como ese algodoncito.
ResponderEliminarEEH
Tu eres más precioso y valioso que ese algodoncito. No sólo alivias penas, sino que das muchas alegrías. A mí me ayudas un montón, me animas siempre... Es estupendo estar unos minutos en el patio contigo, aunque a veces, como hoy, no hemos podido hablar mucho.
ResponderEliminarTú vales más que el algodón.
Muchos besos princesa!!
Se me ha perdido mi perdido el anterior comentario...
ResponderEliminarTu obra es fresca e ilusiónante. Sigue practicando pues elevas el ambiente, das color a la mañana, aportas alegría y amor a cada día.... Fenomenal!
Qué pena que se te perdiera el anterior comentario Rafa!!
ResponderEliminarMenos mal que me has puesto otras letritas.
Me anima mucho el que te guste y tomo nota de tus consejos para mejorar.
Muchas gracias por hacer estos comentarios -aunque alguno se perdiera-.
Has engrandecido un minúsculo pellizquito de algodón que para la mayoría no sirve para nada, y lo has convertido en algo importante, algo imprescindible, algo inolvidable.
ResponderEliminarAsí somos todas las personas. A veces nos creemos alguien importante, pero en realidad somos como trocitos de algodón, minúsculos para los ojos de los demás, pero sin embargo, podemos hacer muchas cosas grandes.
EliminarMuchas gracias por tus comentarios tío. Muchos besos