Tenía resplandor de plata mi amor esta mañana.
¡Qué precioso le vi!
Su reflejo color esmeralda, dejaba entrever finos hilos de otras
tonalidades, que parecían imposibles de encontrar en una primera mirada, pero
que sin embargo, bajo aquella luz tornasol, se descubrían difuminados,
permitiendo que todo él resplandeciera de una forma encantadora.
¡Ay, ese reflejo esmeralda!…
Y es que en el amanecer, es cuando se tiene la mirada más
limpia. Con el desvelarse, el rostro lavado, fresco y descansado, los ojos
nuevos despiertan llenos de ilusión por otra alborada…
Lo de ayer es pasado inamovible, pero sin embargo,
susceptible de cambio por la ternura. Lo de mañana será, si de suerte, hay
despertares; pero lo de hoy…, lo de hoy es lo importante y se ha iniciado con
tu brillo plateado. ¿Se puede empezar mejor el día?
¿Por qué no te miraré siempre así? ¡Si es que lo necesito! Preciso verte cada día con ojos nuevos,
limpios, ilusionados, despiertos, serenos y valientes. Solo así, afrontaré la
jornada con sonrisa y paz.
Tenía resplandor de plata…
¡Qué guapo estabas hoy! Voy descubriéndote. Estás para mí
cada día. Qué pena no darme cuenta de que me llamas, que me invitas a estar
contigo. ¡Qué distraída soy! A veces incluso me gritas, pero vivo en tantas
cosas, que no soy capaz de escuchar tu voz. En otras ocasiones, mis auroras
están repletas de prisas, de ruidos, de millones de sucesos, personas, y
sonidos que no dejan al silencio establecerse con calma, y entonces no te oigo.
De vez en cuanto, qué nerviosa me pongo, me bloqueo, no sé
qué decir, qué responder, cómo mirarte… Lástima perderme tu belleza en esas
madrugadas, por mi mal carácter, por mi falta de atención…
Sin embargo, sé que siempre tendrás esa aurora llena de luz
para mí, aunque no sea capaz de darme cuenta.
¡Qué belleza había en el resplandor de plata de mi amor esta
mañana!
Es muy bonito Mamen, sinceramente. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarQuerida Ana:
EliminarSé que estás muy ocupada y por eso acojo este comentario con un gran abrazo.
Mil gracias por leer estas pequeñas palabras y comentarlas.
Ojalá te gusten siempre, y si no te gustan, que me lo digas también, enseguida.
Muchos besos gordotes.
Una preciosidad, hay veces que tenemos un corazon demasiado grande , como en tu caso, porque escribir cosas tan bellas sólo se consigue con un gran corazón acostumbrado a brillar
ResponderEliminarGracias Maria Carmey
Querido Anonimo/a.
ResponderEliminarYa sólo por tu comentario, se nota que tú también tienes un enorme corazón.
Mil gracias por tus palabras.