miércoles, 1 de junio de 2016

ME ENCANTA

Ha pasado ya un tiempo, y cuando pienso en aquella vivencia, en lo que fui…, no me conformo. Parece que solo fue un día, un momento del que ahora despierto, y compruebo que no ha sido menos de lo que Tú querías para mí.

Fue cierto tiempo exprimido con brillo en el rostro, y ahora, con otras palabras en mi alma, confirmo que es una etapa que ya pasó definitivamente.

La sonrisa amanece conmigo…, y el sentimiento florece de manera distinta. Sé que mi refugio es, que Te tengo, y no puedo ni quiero ampararme en nada más.

He olvidado por fin aquel aguacero, y ya no puedo dejar pasar ni una hora, sin buscar la alegría que traes a mi vida. Acicalas cada día que comienza en mi existencia con el aroma fiel de tu regalo, y pretendo aprovecharlo; no me importa lo que venga, sea lo que sea, aquí estoy.

Seguiré cantando mientras miro aquellas estrellas, que ahora no veo bien por las luces de la ciudad. Y mientras las busco, voy susurrando que Te amo más de lo que puedo expresar.

Si, de acuerdo… sé que Tú esperas mi OK. Contigo daré la vuelta alrededor del mundo… Llévame lejos, estoy lista, dispuesta a volar y posarme donde Tú quieras.

Me encanta amarte.


jueves, 26 de mayo de 2016

DETALLES

Explícame por favor, los pormenores de esta primavera..., es solo porque no comprendo bien algunos cambios. Cuéntame, dime…, porque poseo palabras que me rondan desde el silencio; son soledades de la razón que pregunta, y es que ahora, vive un nudo en esta noche serena.

Me encamino hacia aquél árbol singular, frondoso, precioso; el mismo que amaba cuando te contaba historias paseando por un jardín cercano. Me encuentro enlazada a él, y no sé qué hacer cuando me aproxime de nuevo a su tronco. ¡Quisiera decirle tantas cosas...! ¿Qué hago? ¿Le rodeo con mis brazos, buscando me envuelva su serenidad, su fortaleza, su cobijo, su sombra…? Se acerca el momento de la disyuntiva. Tras aquellos pasos, a veces torpes pero de ánimo grande, se encuentra el recuerdo del trocito de corazón que enterré un día a sus pies, y descubro asombrada que ahora es... ¡ENORME! Sobrecogida, me quedo mirándole en silencio.

Sueños de entereza y contento, deshilachados, quebrados en esquirlas ínfimas; mi descanso en vosotros fue una dichosa realidad, mas ahora ya no existís porque os fuisteis un poco cada día…. Quizás sea mejor separarse, apartarse para buscar la luz de esos tesoros en otro vergel… Sí, tal vez la claridad de esta diferente mañana, brinde los colores límpidos para un nuevo estío.

Guardo envuelto en mí, este verdor que me acompaña al caminar, y fortalecida, extiendo los brazos para alargándolos, abarcar el jardín entero, buscando la fortuna de dilatar mi amor por el. ¡Ven conmigo aliento!, asoma por fin tu sonrisa, y vive libre esa respiración profunda que hace tiempo no existía.

Rebusco sin darme cuenta las sinfonías que quizás, meciéndose en mi contorno, me hagan volar como aquellas florecillas de almendro, que con una ráfaga pequeña de viento, se desprenden para bailar la coreografía siempre extraordinaria de la belleza. Si quieres, transforma tú también el ambiente, entonando uno a uno esos corazones que te encuentras cada día. Fíjate, y vive en ellos el reflejo de su pasado. Quizás fue una vida dura, y las arrugas marcadas en sus semblantes nos seducen con infinita ternura para, con alegría, entablar muchas, incontables conversaciones con todas aquellas miradas preciosas.

Con la luz de esta nueva primavera, observa las pinceladas de los detalles, pues ellos son los que nos acompañan en nuestros días repletos de metas.


jueves, 19 de mayo de 2016

DEDADA DE MIEL

Esos ojos, me intrigan…, hablan sin mirar, y mirando no sé si consiguen conversar. Expresan la reflexión, de quien busca el momento esperado para pronunciar sus palabras.

Dicen que en la guerra nunca se sabe cómo irá la batalla, y que por esta razón, se camina cada día con la cautela de la lucha bien definida, perfectamente organizada. Mas en ella hay soliloquios que hieren, creando desiertos cuya arena esconde durmiente la alegría. Es entonces cuando surge una pregunta: ¿Habrá felicidad en la habitada aridez? Quizás, sea en este trance cuando resplandezcan luces nuevas dentro de nosotros, y en un insignificante segundo, llegue el movimiento, cautivando lo más profundo de nuestras almas.

Es obvio que la felicidad existe cuando te das por entero; que cuanto más amamos, más felices somos, y por este motivo, no importa perder la propia vida; ¿para que la queremos si no? A la sazón, si se consigue algo egoístamente, es porque no fuimos conscientes de ello; y si alguna vez se frunció el ceño, la razón es, que se nos escapó sin querer el gesto.

Es así que la vida va esbozándose entre alegrías, y soplos jaspeados de algún que otro cansancio. Ahora aprehendemos el índigo, que iluminado por unas coordenadas distintas, no puede confundirnos, pues en su azur reside el Esplendor. Es de esta manera que la brisa, acogiendo alientos helados que le llegan, los trueca al instante en cristales preciosos…, y entonces, súbitamente, aparece un oasis en aquel páramo.

No se puede obviar que ésta, es una dedada de miel que sorprende, envuelve e intriga, dilatando aquellas pobres miras que albergamos. De lo invisible, nacen llamas diversas que provienen de una hermosa hoguera, cuya lumbre delicada y agradable, no se esperaba.

Henchidos por tanta pasión, queremos detener la ventisca para conquistar dominios que creíamos imposibles; y por fin, luchamos por reconquistar, aquellas grandezas extraordinarias que viven ocultas en las simas más profundamente olvidadas de nosotros mismos. 

Conquistaremos con nuestra pericia, este nuevo océano velado y lleno de vida que desconocíamos, e impresionados por nuestro propio aliento, gustaremos del perfume de lo que vive, no existiendo en nuestro camino obstáculos invencibles.

¡Qué hermoso es acicalar la vida con la suave rutina de los sucesos de la jornada, involucrando a todos los que pasan en un sinfín de correrías!… Son lidias llenas de victorias y derrotas las de cada día. ¡Qué fortuna! Mira, existen otros rubíes que no buscábamos, y aquí están. 

¡Trabaja…, trabaja, por favor!



jueves, 12 de mayo de 2016

ROBADAS AL AIRE

Mis palabras hoy son mensajes que tal vez oí de otros… Quizás se las robé al viento en un descuido; a lo mejor, esa brisa se relajó cuando envolvía la mañana, y los vocablos llegaron libres, y los acogí tiernamente abrazándolos en el alma.

Repetí en mi cabeza, despacio lo que decían; y aquellos insistentes susurros ciñéndome, quisieron buscar una entrada para quedarse. Era una nueva alborada para aquellas palabras. Y así escuché:

Otra vez estás aquí; bajaste en esta estación, cuando deberías haber seguido sin detenerte en un viaje interminable hacia la eternidad… ¡Qué frágil es tu aroma, soledad!

Otra vez, combinas momentos, lugares, estilos… Sutilmente te acoplas en todo lo que somos, proporcionándonos una sed espantosa. ¡Qué levemente nos atrapas, melancolía!

Otra vez, te da igual a quién llegues; buscas sin descanso, aquel segundo en el que triunfarás enamorando el ser de tantos. ¡Qué tramposa eres, tristeza!…

Me quedé quieta, escuchando aquellas frases que cantaban una y otra vez su murmullo. Fue entonces, cuando saciada de emociones, estreché segura, con todo mi cariño, al Amor que llevo conmigo.

Todavía estaba el Cielo saltarín dentro de mi pensamiento, cuando musité aquellas palabras que ahora salían descolocadas hacia fuera… Ya no eran esas que acogí, sino otras distintas. Se diría que eran voces, que saliendo de dentro, buscaban el renacimiento de aquellas primeras. Volaban libres hacía sus destinos, acariciando un nuevo aire; y eran muchas, muchas…

Hoy seguiré dando, seguiré adelante, seguiré sonriendo, creyendo, regalando, sembrando, gritando, bien pensando. Continuaré hablando de paz; viviré soñando, seguiré siendo niña, continuaré extendiendo mis sentidos para buscar la belleza, y besar la verdad; seguiré ilusionándome, levantándome; seguiré, continuaré…

Las palabras robadas al aire, hoy se han transformado.

Te espero en el camino de mi vida, por si quieres ayudarme con este ánimo fuerte, que ahogue la soledad de la humanidad, y asfixie la melancolía y la tristeza para siempre.

lunes, 9 de mayo de 2016

DE NUEVO

El mar espera, y en aquel piano ya nadie toca. Las melodías se perdieron, y ahora vuelven a mis oídos, cariñosas como seda que acaricia al tacto; mas a la vez, se descubren distantes, rotas, inconexas… 

Liberada por fin de un sueño, abracé sin saberlo un océano colmado de mareas espumosas, cuyas danzas cimbreantes, tejieron a su paso sinsabores en grandes ánimos. De este modo, las escurridizas burbujas, ocuparon con su denso respirar el espacio vital que a éstos rodeaba.

Apretando fuertemente las manos, quise acabar con las simplezas de la vida, y tratando de recomenzar, disfruté con la felicidad de la tradición que tanto embelesa mi alma. Observé entonces con nostalgia, aquellos guantes blancos que ya nadie utilizaba, y acariciándolos en mí, sonreí con ternura pensando en un futuro.

¿Hasta dónde estoy dispuesta a llegar? He dado todo; lo que construí ayer, lo que perfuma el presente, y la sonrisa del mañana. No vivo para la furia, ni tampoco para oír, ni siquiera de lejos, aquellas tormentas del piélago oscuro, que de vez en cuando me sorprende con sus oleajes. En ocasiones sí…, he sentido el frío del certero témpano que en derredor alborota, y al huir de él, cedí cada minuto que creí mío.

De nuevo hoy intuyo Tu mirada, y todo se pasa.

Ciertamente el mar espera, y sigue esperando… mi historia. 


martes, 3 de mayo de 2016

FAMILIA

Empujé un poco la puerta y ésta se abrió despacio… Entrando en la habitación respiré un aroma peculiar. Era una mezcla de ilusión y melancolía, aderezadas con un toque de tisanas diferentes… no sé muy bien cómo expresarlo; su perfume me supo a… cariño.

Mirando despacio, descubrí lo que entretejía toda aquella estancia, pero no quise verlo en un principio, y esperé, pues podía conmigo el curiosear todo lo iba descubriendo. Sin pensármelo dos veces, rebusqué en todos los rincones del salón.

Los cuadros que embellecían las paredes tenían gran solera, y caían colgados de forma anticuada, a la moda de antaño. Había alguna acuarela, varios lienzos pequeños de paisajes frondosos, y algunos trabajos de labor; bordados que hacían nuestras bisabuelas en aquellos bastidores que alguna vez tuve entre mis manos…

Recordé entonces, cuando de niña bailaba con mi padre. Me subía en sus zapatos, y estirando mi brazo izquierdo, me agarraba con el otro de su cintura con fuerza. No dejando de mirarme, danzábamos los dos al compás de la música romántica que sonaba en el tocadiscos… Me sentía una princesa con suerte, pues la reina me había dejado bailar con el rey.

Desperté del recuerdo sonriendo y añorando. Mirando la chimenea cercana se adivinaba vida, calor, familia, risas…, también llantos que abrazaban soledades y desconsuelos; pero me dije: “de estos últimos, pocos”.

Inmediatamente me senté en uno de los sillones de estilo isabelino que allí se encontraban, y acariciando su gastada tapicería sedosa, cerré los ojos despacio. Consciente de la vida tan bonita que he vivido, pensé que mi agradecimiento tendría que ser infinito; que aunque tuviera miles de vidas, nunca correspondería a tanta dádiva.

A mamá la tengo junto a mí. Es un obsequio imposible de agradecer. Su sonrisa, consejo y amistad, me han acompañado siempre, y estar junto a ella me agranda el corazón. Nadie como mi madre me alienta, me cuida, me quiere… ¡Gracias mamá!, ¡siempre gracias!

¿Qué hubiera sido de mí sin el amor de mis padres? Si no me hubieran querido, ¿sabría yo querer?

Bendito aroma de familia, que me ha hecho evocar la dicha de mi niñez, y de mi vida entera.


miércoles, 27 de abril de 2016

HOY

A veces no esperamos…, estoicos no movemos un dedo, dejando que nuestra esperanza se oscurezca. ¿No te das cuenta que siempre se nos obsequia con más de lo que soñamos? Sólo hace falta que seas consciente, que estés en ello, que seas agradecido.

Observando aquel cuadro de familia que embellece la estancia, la vista se fija en un pajarillo que tiene un niño en la mano; éste le sujeta, sin oprimirle. Parece estar a gusto el cuco, y encontrándose protegido, mira hacia el rostro del pequeño con gran serenidad.

En ocasiones, estamos tan plenos de serenidad…, que desearíamos no terminaran nunca esos momentos. 

¡Cómo me gustaría ser ese pajarillo! -podemos pensar-, sin preocupaciones; querido, cuidado, mimado… Pero el ave está hecha para volar, no para estar en manos de nadie. Recapacitar en esto nos hace rectificar.

Aunque hoy estemos cansados del camino… ¡A volar!



viernes, 22 de abril de 2016

CERVANTES

Ayer estuve en Alcalá de Henares visitando la casa de Miguel de Cervantes.  
Hoy, hace 400 años de su fallecimiento, y he pensado escribir algo por este motivo.
En un periquete me he puesto, y… aquí os dejo lo que ha salido.
Os lo dedico a todos y cada uno, seas quien seas.
Mil gracias por leer mis palabras.
¡Qué deseos de aventuras!



MIGUEL DE CERVANTES (29-IX-1547 / 22-IV-1616)

Recuerdos, memoria…,
¿Mi vida? ¡una noria!
con subidas y bajadas,
de vueltas descabezadas.

Me persigue en sus capítulos,
dichos, revueltas y ridículos.
¡Que se trata de aventuras!,
y hartos estamos a estas alturas.

Hay destartalados amigos,
que parecen enemigos,
pues inventando palabras iguales,
colman los tiempos de males.

La cárcel me detuvo un momento,
y el mendrugo busqué en mil intentos.
Que la familia apremia deshambrida,
y se ha de cenar bien cada día.

Acontece necesidad de lucha,
y la Corte en eso, está muy ducha.
¡La mano por el Rey siempre!,
daré mi vida, mal que se pierde.

Por la Corona, mi dote es regalo,
que mis barbas en punta, aún no he rapado.
¡Vengan los barcos, veleros al viento,
luchas, derribos, lloros y lamentos!.

El amor de mi vida nunca revelaré,
más Dulcinea…, bien pudiera ser.
El aroma llegaba del Toboso,
molinos majaban mi corazón fogoso.

Quijote he sido en mi vida,
con Rocinante y burro por compañía.
Más seguido por Sancho en idas y venidas…
hicimos de aventuras nuestras melodías.

Hoy desde esta morada agradezco,
los parabienes y los gestos,
que desto se levantó gran alboroto…
chirinolas en momentos rotos.

Jamás pensé que mi hidalgo preferido,
fuera feliz en mundos desconocidos.
Desde Oriente, hasta el otro confín,
el lector inquieto será tu paladín.


miércoles, 20 de abril de 2016

EL RESCOLDO

Sueña con ellos,
busca el latido,
sueña, resueña…
¡No hay tiempo perdido!

Huele a horno de leña,
y el pensamiento se va al hogar…,
aires calientes de brasas,
alientan a reposar.

No se percibe el sustento,
en esa lumbre al llegar,
abrigada por aquel viento
que vacíos quiere llenar.

De dicha gozará siempre,
quien con ilusión valiente comienza;
ánimo y esperanza al frente,
colmarán su iridiscencia.

Permanece ese olor a familia,
y en el cobijo, vive el cariño…,
el rescoldo queriendo es caricia,
de la paz después del camino.

Sueña con ellos,
busca el latido,
sueña, resueña…
¡No hay tiempo perdido!


miércoles, 13 de abril de 2016

GARABATEAR


Mientras hablo por teléfono, me encanta emborronar papeles con palabras sueltas, o frases cortas. Además, las adorno con dibujos, trazos, algún rasgo suelto… Al pasar el tiempo, me encuentro estos escritos en cualquier sitio, y mirando los garabatos, salen algunas frases como estas:

Necesito a todas las personas que existen, para sonreírlas.

Requiero labores; dechados en punto de cruz, que irisados con preciosos matices templados, me hagan recordar la mesura del otoño.

Preciso cerrar el paraguas rojo, para sentir las lágrimas que caen del Cielo en mi rostro. 

Busco unas alas que ponerme, para volar una tarde con Aletas montada en bicicleta.

Persigo atesorar el viento, y con él, todas esas fragancias que me transportan a otros lugares luminosos.

¿Sabes?, amo tanto la belleza porque siempre Te encuentro en ella.

Espero llegar un día por fin al Castillo, descubriendo la salida de este enredado laberinto.

Se me antoja acompañar ¡hasta el confín de la tierra!, a esos simpáticos piratas en sus aventuras infantiles.

He de salir al encuentro de Wisey, porque nunca me llega a tiempo.

Deseo travesear como aquellos gorriones, que gorjeando, juegan al escondite entre la lozana hiedra.

Indago las melodías que encuentro, para tararear aquellas que brillen más adentro.

Anhelándote, no paro de garabatear escurridizas palabras en la cabeza, en mi corazón, en miles de pliegos… 

Es en las tiernas mañanas, cuando escribo sobre pétalos de florecillas que encontré paseando. En éstas, trazo rápidamente palabras que averigüé son las más preciosas que existen; y así, formo con ellas ese ramillete que sueño conquiste tu contento.  

Continúo garabateando...


miércoles, 6 de abril de 2016

SIMPATÍA

La mirada aún inmóvil en ese horizonte de matices tostados, se pierde un segundo entre los hilillos desmadejados de unas antojadizas nubes, quienes vagando serenas, recorren aquella encantadora extensión. Éstas, cayendo en picado, parecen perseguir el rastro del sol ya oculto… Y es entonces, en ese beso con la lejanía, cuando aparece la grandeza de lo que admiro en la vida. Sin darme cuenta, surge el suspiro que llena de aire limpio los pulmones..., y sonrío.

Cuántas veces el pensamiento alega que, con una sonrisa se funden todos los hielos…, y basta ese anhelo, para hacer lícita la lucha por vivir cada día con este gesto gratuito. Mentiría si dijera que sale siempre con facilidad pues, en ocasiones, cuesta más que cualquier otra cosa que conlleve un esfuerzo físico importante. Mas no hay que desanimarse, y así, hasta en los fosos más profundos que encontremos, ella perfumará la estancia haciendo, que de lo insondable, nazca quizás un débil canto de claridad azulada que logre llenar cualquier espíritu de esperanza y alegría.

No es hipocresía como algunos comentan, pues si surge sinceramente de dentro, es auténtica. Por este motivo, siendo verdadera, es capaz de cambiar los corazones.

Existen algunas máscaras hechizadas sin sentimientos, que no dejan ver los semblantes nobles. Tal es así, que mirándolas puedes llegar al escalofrío, y entonces, por unos instantes se pierde el aliento del latido. Es una alegría saber que esto puede cambiar gracias a nuestra simpatía.

De modo que, ahora te suplico, querido aliento, que jamás te hagas de piedra.


miércoles, 16 de marzo de 2016

CHIRIBITAS

Del corazón saltan infinidad de chiribitas que, saliendo alborotadas y alegres, transforman el entorno haciéndolo más simpático y luminoso.

¡Estoy tan contenta!, que bailaría con ellas flotando en el aire, junto a delfines, pequeñas gotas de colores, libros voladores, hojas de árboles doradas por el sol, millones de florecillas distintas… ¡ah! y ese pajarillo también.

Mientras, en mi parpadeo, busco imágenes con las que quedarme: personas, cosas..., momentos que quizá nunca viví, pero abrigué en lo más hermoso de mis sueños.

Busco... el no perderme y atesorar siempre el compás de lo vivido.

Busco entre el ruido, el silencio de la tormenta, porque su núcleo exhala serenidad.

Busco jardines con miles de flores, que huelan a llovizna de primavera.

Busco risas que nunca se agoten, y alegren aquellos rostros que no puedan verlas.

Busco Tu hombro para contigo descansar, e irisar mis melodías.

Busco granas cerezas, para por pendientes tenerlas.

Busco una estación de tren perdida, para oír el traqueteo de su vida.

Busco mi nube, esa que al pasar, siempre me guiña.

Busco la templanza en acordes, para bailar con ellos en Tus pentagramas nobles.

Busco el sombrero perfecto, para que el Sol me reconozca.

Busco que mi Ángel me relate miles de cuentos.

Busco la partida de ajedrez, que nunca jugué Contigo.

Busco el campanario de aquel pueblo, donde me esperas tranquilo.

Busco el columpio que me impulse, para tocar el Cielo un poquito.

Busco un rincón para cantar, y escuchar Tu sinfonía.

Busco recitarte aquel poema que consiga Tu abrazo.

Busco el atardecer, para con Él tomar un café.

Busco el soplo de la verdad, para llevarla siempre conmigo.

Busco aquel magnolio que me regaló un día una flor.

Busco a alguien que me esté esperando.

Busco agradecerte cada uno de Tus desvelos.


Sigo bailando con esas chiribitas, y mientras, el parpadeo continúa buscando…


jueves, 10 de marzo de 2016

LA CANDELA

Entiendo a los que amando, viven en la riqueza de un resplandor que todo lo anima. Desde ahí, quiero enjoyarme con todas esas vidas que, aún escondidas muy dentro, me llaman para acompañarlas.

Camino hacia donde me lleva Tu voz, y no me pierdo.

Hoy quizás no quiso amanecer el día. Distinguí en un primer momento el alba anaranjada en el lozano horizonte, pero la plomiza y gélida mañana, escondió su belleza con tesón indescriptible. El cielo, armado de grandes celajes, parecía abrigarla de tal manera, que hizo desaparecer cualquier vestigio de claridad.

Entre mis pensamientos y tu armonía, mi corazón descubrió flores silvestres…; grandes y pequeños brotes, que alegraban esa vereda que se abría al caminar.

Acompañaban a la mañana, caprichosos sonidos que atraían mi atención conquistándome. Ni corta ni perezosa, los perseguí durante un rato; más inesperadamente, fui consciente de mi olvido por respirar… El ahogo suspiró, y sentí que el alma inquieta te anhelaba. Sabes que mi mayor felicidad es estar siempre en tu compañía, y arrullar tu Nombre en mis labios.

¡Insólita aurora! ¿Qué clase de amor loco es este, que aún amándote te requiere más y más? No me canso nunca de Ti, y de este ahora, nace el momento perfecto para hacer realidad todos mis sueños.

Esta pizca de luz, es la que necesitaba vislumbrar en el alba de hoy… De ella, asoma la candela que me hace avistar tu infinita ternura, y redescubrir el amor eterno que derrochas. Entonces comprendo…, entiendo bien a todos los amantes, que viven en la fortuna de la luz que todo lo alienta.

¡Tú eres mi heredad!


martes, 1 de marzo de 2016

LUZ EN EL OCÉANO

Desde donde me encuentro, no tengo mirador alguno por donde echar un vistazo al cielo, que seguro sigue siendo de mar, igual que ayer… Pero tengo pececillos en mi pecera.

¿Cómo se hace este problema? La fórmula del es (b.h), pero han dado pocos datos… Entonces, les indico que hay que pensar para aprender, porque ahora se nos da todo hecho, todo cómodo, todo a nuestro gusto; miles de datos e información que no necesitamos...

¿Por qué queremos saber de todo, para todo? Internet nos nutre diariamente, haciendo que nuestra mente se enmarañe con tantísimos documentos, notas, noticias, imágenes, referencias… ¡Con lo importante que es pensar, esforzarse! Necesario es que nuestro cerebro se ejercite, haga gimnasia, y así mantenerlo joven,  atlético, vivo.

¿Qué ha sucedido con la capacidad de admiración, de trascendencia, de sueño e ilusión…? ¿Por qué nos cuesta tanto centrar la atención; leer un buen libro; disfrutar de la música; pararnos y contemplar la naturaleza en silencio; escuchar con gusto, y comprender a las personas que nos hablan…?

Y es que lo que es costoso, no lo hacemos, y punto final. ¿Para qué?, ya existe la Web… Y no caemos en la cuenta, que ésta no tiene corazón, no sabe de ternura, no acurruca, ni escucha cuando nos hace falta cariño o un desaguadero; no abriga, no tiene sentido común, su mirada no es delicada, no vive la comprensión, no se compromete, no valora... Muchos “noes”; quizás demasiados ¿no te parece?

Por momentos no se distingue claridad en las vidrieras de este lugar, no se advierte el despertar de la mañana por mucha luz que haya… Quizás hemos de ser nosotros quienes limpiemos por dentro, y abramos de par en par esos ventanales. Subiremos la rampa, haremos el esfuerzo de acercarnos, y así descubriremos miles de tonos desde ese mirador. De nuevo, la luz y el aire límpido, será el brillo que hará posible el deleite en nuestro interior.

De vez en cuando considero, que las películas de ciencia ficción se quedan muy, pero que muy cortas, en comparación con la gran riqueza de nuestras vidas… ¡Menos mal! Y entonces me estremezco agradecida, porque lo que realmente importa, es seguir siendo personas.

Mis pececillos aprenden deprisa; experimentan, se esfuerzan por atender…, desde luego no sin voluntad fuerte, porque el ambiente que arrastra, es contrario. Ellos serán los que mañana procuren que otros asimilen, atiendan, se esfuercen… ¿Conseguirán la luminosidad en este océano?

El cielo seguro que seguirá siendo de mar, igual que ayer…; y en mi pecera siempre habrá pececillos.

martes, 23 de febrero de 2016

PARTITURA

Alguna vez he pensado que lo primero que Dios ideó fue la música, esa maravillosa caricia amorosa que nos envuelve en Él. Escuchándola, imagino como creó todas las cosas, y percibo su obra. Me encandila, y al contemplarla asombrada, advierto un rocío fragante.

Me entretengo pensando, cómo cada querer suyo se iba haciendo realidad, acompañado de una gran sinfonía bellísima, llena de Amor. No puedo evitar conmoverme… ¿Cómo sería la mayor y más espléndida composición, con la que dio hálito a todo lo que es? Mejor dicho, ¿cómo será?, porque la melodía sigue abrazando el universo, y todo lo que en él contiene… Sucederá un día, en el que todos podamos disfrutar de la harmonía con la que Dios nos hizo y nos mantiene, pues como dicen los entendidos, “hemos nacido para no morir ya nunca”.

Ese trazo fino, delicado, envolvente; se deslizaba entre los pensamientos de este Padre que es ternura. Estoy convencida que le gustó tanto ésta su primera creación, que no pudo amar más y mejor, y se puso a pintar, ideando los colores al compás de los ritmos, dando así vida a toda su imaginación eterna…

Entonces empezó a aparecer lo tangible…

El firmamento bailaba en el equilibrio de las notas, y de él eran separadas las aguas que, deslizándose elegantemente, perseguían hechizadas los pentagramas que las guiaban. Aparecieron los mares y la tierra; y la composición del gran Maestro, hizo brotar hierba, plantas, árboles llenos de savia que nacían con cadencia.

El sol arpegiaba el cielo para el día; mientras que la luna y las estrellas, aprendían una nana para acunar la noche.

La musicalidad acompañaba a las aves que nacieron de Su sonrisa. Los peces y criaturas marinas, delineaban en las aguas miles de notas; y un sinfín de alegres acordes agradecían Su mirada.

Como si de un gran concierto se tratase, fueron apareciendo animales en el planeta azul, todos ellos distintos.

Súbitamente, tras un silencio filarmónico, compusiste tu mejor melodía, la más bella hasta ese momento: me pensaste, me miraste, me quisiste…, y tu resuello me dio vida. 

Muchísimas gracias por Tu extraordinaria partitura, toda ella cuajada de savia… Gracias por esta sinfonía eterna y amorosa que nos mantiene en Ti.


martes, 16 de febrero de 2016

313 PALABRAS

Recuerdo aquel perfume que atesoré muy dentro; sucedió ese día, en el que me miraste de cerca desde tu nacáreo cendal. Tal era tu fijeza, que pensé quizás me atravesarías el corazón, evocando esta vez aquellos abates rotos de mis melodías… Más en Ti solo existía ternura y sonrisa. 

¡Qué envolvente alba era aquella, que con su áurea azulina comprendía mi vigor entero!

Voy y vengo en el silencio, guardando tus palabras. No las olvido, y viviendo íntimamente en mí, florecen cuando menos lo espero… Son de terciopelo, y encaprichadas de aquellos bucles, se transforman en esencias distintas que almizclan todo el ser.

¿Por qué no te escribiré más frecuentemente de mi amor?  ¡Te hablo tantas veces de él…! Pero la tinta de mi alma es traviesa, y mientras escribe; dibuja, garabatea…, irisa el viento que tropieza con la mano que traza. Por eso, mi tesón es plasmarlo vivamente radiante, y exclamarlo con todas mis fuerzas. Es así como éste se convierte por momentos en sosiegos, donde algunas palabras silencian la llamada del ánimo, y sin explicación alguna enmudecen, multiplicándose calladas en frases bañadas de matices. De esta manera forman esbozos maravillosos, y encuentran sus iguales en otras voces, a las que se unen componiendo un magnífico gran mosaico.

Por ventura existen; viven conmigo. Me enamoran, me enloquecen, me apaciguan, me extenúan, me hechizan, me descubren... Quisiera en ocasiones guardarlas para siempre, y sin embargo otras veces desearía pronunciarlas, colmándome así de nuevos términos que hermoseen lo que anhelo expresar.

Me aconsejaron escribirte cada día, y ya ves… El tiempo pasa, se va sin que apenas un insignificante soplo de mi aliento bese el pliego.

¿Por qué no te cartearé más frecuentemente sobre mi amor?
Hoy por fin en esta página, las 313 palabras que escribí en ella, con sus 7 párrafos, y 30 líneas, te han hablado de mi querer.


martes, 9 de febrero de 2016

HURACÁN

¡Cuidado, está llegando el huracán….!

De sopetón me encuentro dentro de un ciclón; se acercó inesperadamente, y estoy de lleno en él.

Siendo sombrío da un poco de respeto, y en un santiamén parece que venciéndome me succiona para hacerme girar a gran velocidad, pero no lo consigue. Rápidamente, subo a resguardarme…, y allá voy corriendo, pues me persigue el temporal.

Con el vendaval llegaron la lluvia, el aire molesto, y un sinfín de partículas que revoloteando se enredan en círculos, buscando cualquiera a quién hacer rodar en su potente impulso. No hay que dejar de luchar, pues le gusta a la borrasca vernos inquietos, y se entretiene en su insignificante posición, dando órdenes a los truenos y relámpagos para asustarnos. Pero se le conoce, ha venido otras veces, y… ¿sabes?, al huracán no le gusta que estemos alegres lo sé, y por eso, aunque quizás sea algo desconocido para muchos, las sonrisas siempre conquistan una nueva confianza, y hacen renacer los corazones con más fuerza que nunca.

Desde lo alto se ven numerosos matices, que en ocasiones consiguen desconcertarnos por sus diferentes luces, pues no son las mismas en su recorrido por el torbellino. Puede ser que nos rocíen con su celeridad sí; pero al levantar la mirada, está el Cielo azul, claro, el cual nos sonríe serenamente radiante.

Aunque no tarda mucho en desaparecer el tifón, y enseguida vuelve la bonanza, a mí me ha parecido ¡una eternidad! La paliza ha sido considerable, y estoy dolorida. Sin embargo, río a carcajadas al pensar el aspecto que tendré…; seguramente “como si me hubiera pasado un tren por encima…” Recuerdo un dibujo de Mafalda y...¡Qué risa!

La reflexión me lleva a advertir entonces que nunca perdí la paz; que aunque corrí, a lo mejor no todo lo que pude; aún cuando sentí la ruina sobre mi cabeza; pese a que me sedujeron las sombras para refugiarme en ellas, y casi lo consiguen…; la realidad es, que en todo momento estuvo rodeándome suavemente el abrazo de la esperanza. ¡Qué descanso!

Agradecida estoy, pues por fin esta galerna pasó.



martes, 2 de febrero de 2016

MISCELÁNEA

Colmada de una inusual inquietud, salen enredadas desde dentro, palabras a borbotones. Han ido liándose entre flores y mirlos, denotando a su paso pizcas de alegría juiciosa.

Palabras pizpiretas, palabras ocres, palabras alegres…, son tempranas.
Palabras vivarachas, palabras encarnadas, palabras atentas…, acompañan al día.
Palabras vidriosas, palabras mudas, palabras níveas…, siguen al atardecer.
Palabras tenues, palabras serenas… Palabras, palabras, y más palabras. Las llevo albergadas siempre conmigo. No se marchan una vez pronunciadas, y así, circundándome con pergaminos invisibles, envuelven el espacio cercando en un límite el aliento que han dejado al salir del interior.

Estoy perpleja, pues rondan la apreciada armonía, que se aventuró hace ya algún tiempo a estar al cuidado de otros entornos. Al parecer no quiere regresar. ¡A lo peor se le olvido el camino de vuelta!...
Siento alegría sin embargo, porque todo lo que acontece es un nuevo acicate para superarse, y sobre todo, porque es oportunidad única de conseguir enriquecimiento de cota. Eso es, volar más alto para aventurarse de lleno caminando hacia la meta, aunque no sé si te pasa igual a ti, pero en ocasiones, al pensar en la altura, el estómago se encoge por el... ¡Vértigo! Pero eso no me asusta en absoluto.

Me envuelven mensajes, señales, casualidades… Escucho los momentos, y pienso:¿Acaso los casos son acasos?..., y ¿sabes?, no comprendo nada.

Se rasga el original, y el hálito sale a ser. A la sazón, percibo bajo mis pies la hierba preciosa que espesa, fresca e irisada con matices esmeraldas, me acompañan de ronda dando confort a mis pisadas, y belleza perfumada a mis sentidos… Siempre estuvo ahí sí, pero lo viví de otra manera. El júbilo es tal, que casi me hizo olvidar aquel desgarro que ocurrió de lado a lado.

Con ahínco recomienzo. Con ánimo, una y otra vez buceo, vuelo, escalo, navego…, y a la vez, naufrago, me derrumbo, tropiezo, yerro. No sé qué deparará esta andadura. Un período diferente hace su aparición como una riada colmada de comprensión, de ternura…, y entiendo que eso es siempre ganancia; una estrella que te regala su luz para que la aproveches.

La hermosísima melodía sigue sonando dentro de mí, quizás con más fuerza y más prendada que nunca. Pienso que a veces no la oigo porque, viviendo feliz, no pongo la atención suficiente. Sin embargo, aunque no comprendo muchas cosas que suceden a mi alrededor, he confiado, confío, y siempre confiaré.

Al final me seduce el azar, pues su mezcla se nutre de alma enamorada, burbujas de palabras, ternezas regaladas, y razón ordenada… ¡Un buen combinado! 



domingo, 24 de enero de 2016

ZAQIB

El mismo Wisey anunció su llegada sin querer. Las miradas se posaban todas en ese búho blanco de peluche cuando pasaban por el mostrador. Es la nueva mascota. Son sus grandes y despiertos ojos capaces de atraer curiosa atención, y sin dilación alguna, embrujados por ellos, lo abrazan amorosamente, acogiéndole todos los regazos que llenan de miles de caricias aquella delicada pelusa. Él solo observa, se deja querer, estrujar, acariciar… Pero ¡cómo se fija!, se oyó en el remolino de la entrada. Desde luego la expectación era total.

Su sonrisa era abierta, confiada, serena…, se diría que perfecta, pues alcanzaba todo como si lo envolviera en un abrazo invisible de rubores distintos. Estaba solo, nadie de su sangre había llegado con él a ese destino, pero casi ni se acordaba de aquello, aunque había sucedido en apenas 48 horas. Solo pensaba en la nueva vida que le esperaba.

Agotado y muerto de frío, su corazón sin embargo se avivaba por las miradas que le recibían. Parecía no necesitar siquiera una manta para abrigarse, pues se diría que un enorme fuego de calor conocido le abrazaba con fuerza.

No tenía miedo, habían sucedido muchas cosas desde que partieron de Latakia. Lo hicieron de noche, y no era el único niño que subió a aquella chalana. Casi ni sentían el aire de lo apretados que viajaban, y sólo fueron conscientes de ello al perder a algunos en el viaje. Y así, sin darse cuenta, crecieron de repente. Todo ocurrió en unas horas. Instalándose entre ellos como uno más, la caricia del sufrimiento les nombraba uno a uno en aquella penosa travesía.

Ya no hay que recordar aquello… Ahora el panorama es fabuloso, y la alegría espera acogimiento, comprensión, cariño de aquellos que lo tienen todo y que no tienen que perder su vida para alcanzar la dignidad.

Los agraciados que vivimos cómodos estamos en otras cosas… ¿o no?

¿Serás capaz de enterrar el corazón en ti, cegándole para que no sufra?, o ¿Acaso, la sangre se nos volvió horchata, y no llega a nuestro ánimo el impulso del amor?

No fuiste tú el que partió de aquel puerto, ni perdiste a tus familiares y amigos en unas pocas horas, pero a lo mejor serás tú el que un día te encuentres con él, con casi el único que logró llegar a la meta, y quizás conmovido, le abraces con sincero altruismo.

A Wisey, un muñeco de felpa, le cubren de abrazos y cuidados cada día. Es amoroso, achuchable, simpático…

A Zaqib de momento le ponen una manta, le miran, le dan sopa caliente…, pero le falta cariño. ¿Lo tendrá?